Destrozos en Zarauz

Uno es como el rabo de una lagartija, llegado un fin de semana de tiempo estable no paramos de movernos. Da igual norte que sur, este que oeste, nos montamos en el coche y acabamos en algún lugar alejado del lugar de residencia habitual por algo eso de viajar y recorrer kilómetros es uno de nuestras mayores diversiones hasta que acaben poniendo peajes también en las autovías, carreteras nacionales y hasta caminos de cabras, algo que hace tiempo parecía alejadísimo pero que tristemente ya veo en el horizonte. Son esas cosas que pasan cuando los encargados de manejar el dinero público desconocen la palabra optimizar, siguen tirando el dinero manteniendo estructuras obsoletas y parasitarias, desplumando al resto del pueblo con nuevas tasas por todo lo imaginable así como subidas reiteradas de impuestos hasta que anda uno con la lengua fuera viviendo para pagar. Pero tranquilos, que mientras haya fútbol aquí no pasa nada…

Bien, una vez concluido el mitin aclarar que esta vez acabamos en Zarauz, algo más que a medio camino entre Bilbao y San Sebastián. Tenía ganas de pasar por allí por lo que me habían contado pero, francamente y sin que nadie se me ofenda, aquello me pareció un bluff total. Una especie de Bayona en Galicia, un Laredo cántabro, poca cosa para lo que me imaginaba. Una ciudad, unos cuántos edificios llamativos, el restaurante de Karlos Arguiñano y un paseo marítimo, poco más. Eso sí, los temporales de febrero también habían hecho mella en el paseo, los edificios de primera línea de playa aún lucían las «heridas de guerra» y un agujero enorme daba fe de la violencia empleada por el mar cuando se cabrea.
Agujero en el paseo marítimo de Zarauz I
Muro, suelo, todo abajo y unas vallas rodeándolo no vaya a ser que algún curioso acabe pegándose el castañazo, que de todo hay en la viña del señor.
Agujero en el paseo marítimo de Zarauz II
Si yo fuera el mar habría apuntado un poco más hacia la izquierda para hacer blanco en la pedazo estatua que había en el paseo, fijaros qué cosa.
Decoración en el paseo marítimo de Zarauz
Y no era la única, había unas cuántas distribuidas a pie de playa cada una con su cartelito explicativo. Esta en concreto se llama «Zarauzko Dama». Por el nombre, si lo que pretendría era representar a una mujer he de decir que desde Guetaria (a unos cinco kilómetros), sí, se parece mucho.
Placa de la estatua
Ya que hablamos de Guetaria, la carretera que allí conduce desde Zarauz es bastante curiosa, todo el rato a la orilla del mar y con varios túneles, aunque sólo uno de los carriles atraviesa el túnel y el otro va por el exterior, debe ser que reformaron la carretera y en vez de agrandar el agujero optaron por una solución mixta.
Carretera a Guetaria
Decisión interesante y llamativa a nivel estético pero dudosa y poco práctica en cuestión de temporales, a juzgar por cómo había quedado la carretera tras la sucesión de mal tiempo de febrero. Adiós a la carretera y circulación alternada por el túnel, que al estar hecho de roca pura y dura resistió como un campeón todas las tormentas habidas y por haber.
Roto en la carretera

La primera pieza no es primera pieza

Os he mentido. Por error, no por la mala intención tan habitual en mi. Aquí os decía que ya habían puesto la primera pieza de la fachada del nuevo Centro Botín, concretamente se veía en esta foto:
Obras del Centro Botín II
Menuda sorpresa me llevo cuando uno de estos días echo una ojeada desde el Hotel Bahía (justo enfrente) y veo que la pieza no está en la fachada, sino enchufada en un poste y con pinta de tenerla ahí para medir algo. Vaya chasco. Como sigan a este paso sí que nos dan las uvas, pero las del 2015 con el edificio sin inagurar.
Primera pieza de la fachada del Centro Botín

La Virgen luminosa

Aquí os dejo un claro ejemplo de que las nuevas tecnologías poco a poco llegan hasta a la iglesia. Hoy vamos con la iluminación led. Entramos a echar una ojeada en la iglesia de Comillas y veo una imagen de la Virgen que me deja boquiabierto. En una foto con flash no se aprecia nada.
Virgen de Comillas I
Pero si quitamos el flash… ¡anda! Toma iluminación led de bajo consumo, toma tiras de leds para iluminar los colgantes del manto de la virgen. Espero que el comedimiento guie las acciones del señor cura y esta afición se mantenga con mesura, no vayamos a entrar en una iglesia y encontrar el confesionario lleno de cintas de leds de colorines o un belenes navideños con una bola de discoteca en el techo del portal. Con estas cosas mejor ir amodiño, como dicen en mi tierra.
Virgen de Comillas II

Los perros Escolapios

Los que me seguís desde hace tiempo supongo que conoceréis mi fijación por esos elementos que suele poner la gente sobre las columnas de entrada a su casa, sean aguiluchos, balones, leoncitos o lo que se tercie. Pero caminando por las calles de Santander siempre me ha llamado la atención esa entrada al colegio de los Escolapios que luce un par de canes en lo alto, como si fuera un homenaje a los dos animalitos. Este es uno:
Perro Escolapio I
Y a su derecha podemos ver el otro.
Perro Escolapio II
Buscando en internet no he conseguido información sobre qué representan, aunque el colegio tiene una web y en ella figura una dirección de correo electrónico, así que ahora mismo voy a mandarles un mensaje preguntando qué simbolizan esos dos chuchos y me quito la duda de encima, que el que no pregunta no aprende, el que no aprende es un burro y si algún día me van a dedicar una estatua por dar a conocer todo lo interesante de Cantabria prefiero que en la efigie figure una persona antes que un primo del asno de Shrek.

Jean Leon

Vamos a poner hoy una entradita para que véais cómo funciono mentalmente, y ya de paso os riáis un poco porque el sistema bordea lo patético-penoso. Empezamos en Santander, en uno de los típicos recorridos juancarlescos que empiezan por cualquier lado y acaban por donde menos me lo podía esperar. Caminando que te camina con los ojos bien abiertos aparezco en una calle dedicada a Jean León. Anda, ese actor francés que hizo Ronín, Los Visitantes y no sé cuántas pelis más. Aquel lector avezado y puesto en temas cinematográficos habrá podido apreciar ya mi ligera confusión entre Jean León y Jean Reno, pero claro, teniendo apellido de bicho misma cosa es.
Calle Jean Leon
Me fijo en lo que pone debajo… «restaurador». Ah, entonces no es el actor, debía ser uno de esos que coge cosas viejas y las deja como nuevas… aquel lector avezado y puesto en temas de profesiones habrá podido apreciar ya mi ligera confusión entre restaurador y persona que se dedica a la restauración, entendiendo como tal la industria de los restaurantes y asimilados. Segunda pifia seguida. Menos mal que no hice la mili porque haberme puesto una arma en las manos con esta puntería que me dio dios hubiera sido francamente peligroso.

Finalmente, en la tranquilidad de mi casita repasando las fotografías acabo por reparar en ésta y me voy a buscar quien era el tal «Jean León» nacido en Santander y fallecido en Los Angeles de California, algo que da bastante más glamour y caché que nacer en Santander y morir en Los Angeles (de San Rafael)… ¡vaya sorpresa que me llevo! Menuda historia que tiene este hombre detrás, qué vida más interesante para la cutrez de callejón que le han dedicado…

Aunque la historia la podréis leer en la Wikipedia, en su propia página web o en este otro ártículo, resumiendo un poco fue un empresario que se trasladó a Barcelona de niño tras el incendio que en 1941 quemó las propiedades de su familia junto con medio Santander. Embarcó para América como polizón, empezó de friegaplatos en Nueva York y acabó trabajando en el restaurante que Frank Sinatra y Joe DiMaggio tenían en Hollywood. Fue progresando, se asoció con James Dean para montar otro restaurante en Beverly Hills con clientes habituales como Warren Beatty, Joan Collins, Nathalie Wood, Robert Wagner, Truman Capote, Paul Newman, Liz Taylor, Marilyn Monroe, etc. Luego se cambió a la creación de vinos, con bastante éxito a nivel mundial hasta que a principios de los ochenta se muere por un cáncer de pulmón. Esto sí que es una vida bien vivida y aprovechada.

Obras a la entrada de la ciudad

Buenas noticias en el acceso a Santander, donde se ve movimiento de máquinas. Por un lado están derribando el horroroso edificio de «Talleres Bolado» que había justo en la rotonda de entrada a la ciudad. Ese edificio llevaba abandonado desde 1996, le habían robado todo lo robable (incluyendo puertas y ventanas) y el paso del tiempo le había dado un aspecto entre ruinoso y post-apocalíptico, ideal para rodar una gira de los Walking Dead en Santander.
Derribo de Talleres Bolado
La segunda novedad allí cerca es la reanudación de las obras en la ampliación del hospital de Valdecilla, iniciadas hace ni más ni menos que trece años y paralizadas desde hace un montón de tiempo. Una de las cosas que recuerdo desde mi primeras visitas a Santander son estos tres edificios enormes y parados esperando a que San Juan baje el dedo y se pudiera reiniciar la construcción.
Obras en Valdecilla
Por cierto, el plan es que lo acaben en menos de dieciséis meses. Qué curioso, justo antes de las elecciones locales y autonómicas de 2015. Menudas casualidades tiene la vida…

El río en Puente Viesgo

Mañana es uno de abril y se abre la veda para la trucha en los ríos de Cantabria. Supongo que habrá una invasión por uno de los rinconcitos fluviales que me gustan, el río Pas cruzando Puente Viesgo. Si no lo conocéis os recomiendo una visita porque además de las cuevas en los alrededores hay un montón de cosas que ver empezando por el comienzo de la Via Verde del Pas o este puente de madera que cruza el río.
Puente sobre el río
Es bastante majo, da para fotos interesantes y desde arriba hay una buena vista del río.
Puente sobre el río II
Eso de la izquierda es una escala salmonera, pensada para que los salmones remonten la presa de la derecha. Dan ganas de llevar un sedal, un anzuelo y probar suerte un rato. Claro que seguramente aparece un guarda y me mete una multa que sale la trucha a precio de esturión ruso cargado de caviar.
Río en Puente Viesgo
Aquí se puede ver un trocito de la senda que recorre la orilla del río con otros cinco paseantes haciendo ejercicio y respirando aire puro.
Caminando por la orilla
En una piedra vi unos azulejos con una inscripción y ya sabéis cómo son esas cosas, hasta que le saco foto no paro. Tienen pinta de ser francamente antiguos. Pone «Ministerio de» y debajo «Servicio Nacional de Pesca Fluvial». Si tenemos en cuenta que ese estamento se creó en 1951 y era cosa de la época del tío Paco, no es difícil concluir que efectivamente, el azulejo tiene sus añitos.
Azulejo en el río
Remontando un poco el río pierde ese aspecto de piscina para transformarse en una colección de rocas talladas por la corriente. Fijaros qué pinta más llamativa. ¿Qué os sobra un día ahora en semana santa? Os calzáis las botas de caminar y hale, a Puente Viesgo a darse un paseo por la Via Verde del Pas.
El río en Puente Viesgo

¿Dónde se ha ido la arena?

Aquí a veces nos preguntábamos dónde se habría ido la arena que los temporales se han llevado de las playas. Pues mira, parte os puedo decir que está guardada en el recinto de las focas del zoo en el Palacio de la Magdalena. En lo que antes era un estanque lleno de agua con la profundidad suficiente para que las focas nadasen a su gusto, ahora ha emergido una playa.
Arena en el recinto de las focas I
Bueno, una no, dos playas. Las olas de los temporales de febrero saltaban sobre la valla de la derecha y traían como regalo toda esa arena donde ahora las focas estaban tumbadas felices y contentas dedicándose a su habitual «dolce far niente».
Arena en el recinto de las focas II
Felices y contentas todas menos una, que menuda mala leche gastaba la de color negro. Desde que llegó se dedicó a mirar raro a la otra y hasta que consiguió que se fuera no paró. Tengo que ficharla para que venga conmigo a la playa en verano y en cuanto vea un sitio que me guste la mando a ella primero para que me haga un buen hueco en la arena espantando otros bañistas.


Por cierto, las focas parecerán unos bichos encantadores, bonitos, simpáticos, suaves y tersos como si fueran de peluche. Después de haberle visto los piños a estos dos ejemplares y en caso de tener alguna vez la ocasión de hacerlo, creo que me abstendré de tocarlos, acariciarlos y/o meterles la mano en la boca. Por lo que pudiera pasar, que no me veo tecleando como loco en el blog sólo con media mano.

Sin ver la nieve

Parece que el mal tiempo está dando los últimos coletazos estos días, con granizadas en las zonas cercanas al mar y nieve por las montañas o Cantabria interior. Este año entre que nevó poquito, que no tengo vehículo los días de diario y que los fines de semana anduvimos liados con otras historias, me he quedado prácticamente sin pisarla y sin hacer la visita habitual a Fuente De para ver los Picos de Europa cubiertos de blanco, así que habrá que sustituirlo por una visita en primavera y verlos medio cubiertos que también me puede valer. Para qué nos vamos a engañar, si en el fondo es una excusa como otra cualquiera para zamparnos un cocido lebaniego.
Nieve camino de Fuente De

Aquí don Neptuno

En el muelle de Dícido, cerquita de la playa del mismo nombre (allí al fondo) y del famoso cargadero (siguiendo hacia la izquierda esta carretera que se ve en primer plano), me encontré con un muro sobre el que destaca una figura de don Neptuno, el dios del mar.
Estatua de Neptuno en Dícido I
Aquí está en todo su esplendor, luciendo fina y elegante sobre un soporte con escaleritas algo sucio y descuidado pero qué se le va a hacer si va a juego con el resto del muelle.
Estatua de Neptuno en Dícido II
Tridente en ristre, sus vergüenzas aparecen tapadas por un bicho marino con la cola acabada en una especie de hoja de parra, detalle fino y elegante donde los haya puesto que si a un dios marino se le quiere honrar con un «aparato» digno de su rango, tal hecho podría causar horror y espanto entre las huestes mas conservadoras del pueblo, en tanto que si se le añade un artefacto de dimensiones reducidas, la ira del dios al verse objeto de burlas y chanzas podría llevarle a dirigir la furia del mar hacia este lugar hasta dejarlo reducido a escombros. Dura vida la del escultor, teniendo que tomar decisiones trascendentales que pueden afectar a la existencia de dioses y hombres y teniendo tan buen juicio como para conseguir llegar al final a una decisión elegante a la par que discreta.
Estatua de Neptuno en Dícido III
En la placa del monumento se aclara a quien está dedicada la estatua, así como una curiosidad como que por tal nombre se conocía también a la concesión minera que afectaba a la playa de Dícido.
Placa de la estatua
¿Una concesión minera? ¿En la playa? Supongo que extraería una explotación de cantos rodados, porque otra cosa no vi por allí como para extraer, y tanto la ausencia de arena como la exagerada abundancia de piedros enormes conseguían que hasta las playas de Niza parecieran buenas.
Playa de Dicido

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