Hoy hablaremos de un par de chiringuitos de Santander. En las primeras visitas que hice a esta ciudad me gustaba mucho pasar por «Las hijas de Florencio», un bar que da al Paseo de Pereda (si me descuido la calle más importante de la ciudad) y a otra calle por atrás. Hemos dejado de ir porque creo que se les ha ido la mano con los precios y la última vez el servicio en la terraza era un verdadero desastre, el camarero no levantaba la vista de la bandeja, se equivocaba una y otra vez a la otra de traer las cosas a las mesas, un cuarto de hora para cobrar, se equivocó en la cuenta… vamos, que fatal.
Y para más, que también me joroba lo suyo, te pegan el cambiazo y te cuelan las cutrebotellas de 20 cl en vez de las de 33 cl de toda la vida. Demasiadas cosas en contra y demasiada oferta en los alrededores como para sufrirlo más.
El que sà es uno situado justo en el faro de Cabo Mayor. Aquà lo tenéis un dÃa de invierno, en que no tenÃan montada la terracita fuera donde se está de vicio con unas vistas al mar inmejorables. Precios no exagerados, buena atención, que cuenten conmigo para unas cuántas visitas más.