La cola del Regma

Si llega el calor, llega el tiempo de los helados. Y decir helado en Cantabria es decir Regma. No me pagan, no me subvencionan, no me sobornan (aunque me dejaría encantado), es que las cosas hay que decirlas como son. Tienen la fórmula perfecta para vender a punta pala: helados enormes, muy ricos de sabor y a buen precio (el de la foto vale 2,10 euros).

¿Cuál es el único problema? Que la gente se acostumbra y no quiere otro, así que cuando aprieta el sol se junta una de gente a la cola de los helados que no es normal. Fijaros el sábado en el Sardinero, unas treinta personas esperando por su helado.
Cola en el Regma del Sardinero
El domingo en Somo, más gente aún. Todo lo que se ve, más otra docena de personas a la izquierda que no cabían en la foto.
Cola en el Regma de Somo
Como uno es muy perezoso como para pasarse veinte minutos a la cola, me quedé sin helado el sábado y sin helado el domingo. Habrá que probar los días de semana, a ver si no hay tanta afluencia, porque lo de gritar «fuego, fuego» para ver si sale pitando la gente no creo que tenga mucho futuro.

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