Callejeando por Bárcena Mayor

Había leído que Bárcena Mayor era el pueblo de arquitectura montañesa mejor conservado y por eso le habían declarado conjunto histórico artístico hace ya unos cuántos años. Razones sobraban entonces para hacerle una visita y allá nos fuimos. La carretera de acceso finaliza en un parking, luego doscientos metros andando por un camino de tierra y la primera vista es bonita pero no espectacular. Unas cuántas casas en medio del monte.

Las cosas cambian cuando empiezas a callejear y empiezas a ver cómo están de cuidadas las casas en su arquitectura y su aspecto exterior. Suerte que a nadie le entró el antojo de pintar la suya en tono verde fosforito.

Este es un restaurante, que hay unos cuántos (casi más que casas particulares). Ya se ve que ni desentona el letrero con el nombre del establecimiento.

Aquí otros dos. En éstos, lo de los cartelitos sí que se les fue un poco de la mano.

Otro más. Puestos a pedir, aquí el cierre de la terraza y el toldo podía ser un poco más a juego con el resto.

La típica tienda de productos típicos donde puedes comprar de todo, desde elementos de artesanía a postales o (lo que a mi me importa) cosas de comer y beber de todo tipo.

Otra más, perfectamente integrada en la propia casa. Fijaros sobre todo en los balcones, las barandillas, los tiestos llenos de flores, muy majo el conjunto.

El pueblo en sí no es muy grande, en media hora ya lo has recorrido de cabo a rabo, pero está muy bien como parada cuando estás por la zona. Incluso para comer, por la abundancia de restaurantes y porque los platos de los menús tenían una pinta más que apetecible.