Uno de esos dÃas tan habituales de voy allá pero acabo acullá pasamos por una carretera en la que un desvÃo señalaba la dirección hacia Ampuero. Aunque todavÃa no lo habÃamos visitado desde que llegamos a Cantabria, realmente yo ya habÃa estado allá en otro viaje anterior (debe hacer unos veinte años). El único recuerdo que tengo es un casco antiguo, unas vallas en la calle como si de San FermÃn se tratara, un encierro de toros y a la persona que me acompañaba por aquellos entonces diciéndome que ni se me pasara por la cabeza lo de correr delante de los toros. Madre mÃa, qué poca confianza y menuda fama que me echaban. Vale que lo pensé, pero que yo sepa mi acompañante no leÃa el pensamiento o me hubiera tirado al mar tiempo atrás.
Y es que en Ampuero se celebran los encierros más famosos de Cantabria. Creo que son en septiembre y tienen hasta una web dedicada al evento. A la entrada del pueblo, una escultura deja bien claro el asunto.
FÃjate, si en su dÃa yo podrÃa haber sido el modelo del conjunto escultórico éste, aunque sabiendo la suerte que tengo y la velocidad punta que soy capaz de alcanzar, el cuerno deberÃa estar a medio centÃmetro de la cacha derecha para un mayor realismo. Para qué nos vamos a engañar, creo que los guepardos y yo estamos en las dos esquinas opuestas a nivel de prestaciones.
Normalmente al llegar a un pueblo por donde no he pasado antes siempre aplico el mismo sistema, primero una vuelta en coche para ver lo gordo y luego aparcar donde esté lo más interesante para ver detalle a detalle caminando. Mientras voy conduciendo siempre aparecen otras cosas merecedoras de ser retratadas asà que freno y no veáis cuántas fotos han caÃdo sin siquiera bajarme del coche. Esta, por ejemplo. Carro del pan aparcado en plena calle, que aún me sigo preguntando si serÃa el repartidor de la panaderÃa, una obra de arte moderno o algo raro fuera del alcance de mi entendimiento.
Unos metros más adelante, balcón lleno de ristras de pimientos puestos a secar al aire. Y no era el único, vimos varios balcones similares por la zona.
Finalmente nos paramos cerca del centro y a la Plaza Mayor se ha dicho para comprobar el Ãndice CCLI, lo mejor que se puede hacer mientras uno anda de turista por ahÃ. En el bar donde nos paramos fue precisamente donde retraté el extintor mejor conjuntado del mundo mundial.
2 comentarios Escribir un comentario