Pescaditos en Santoña

Santoña es la capital de la anchoa. En las aguas de su puerto no vi ninguna, pero conforme me iba acercando, justo donde se agrupaban un montón de tuberías de desagüe de las fábricas de conserva pude apreciar un extraño movimiento en la superficie del agua.
Pescaditos en Santoña I
¿Qué era? Montones, montones y montones de peces de esos que se pueden ver en los puertos, no sé si porque de esas tuberías salía agua calentita y estaban disfrutando del jacuzzi o porque salían restos comestibles y se entretenían papeando como locos.
Pescaditos en Santoña III
Estos evidentemente no sirven para hacer anchoas, si valieran era cuestión de tirarse al agua en plan «Mira quien salta» con la boca abierta y los pescabas a mordiscos. Claro que si te tiras con la boca abierta justo en la salida de los desagües de todas las fábricas, en cinco segundos seguramente habrías palmado intoxicado y pasarías a integrar el menú de los pescaditos. Fijaros qué apetecible resulta darse un baño justo aquí…
Pescaditos en Santoña II

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