¡Pero qué cosa más bonita, más fina, elegante y kitsch he descubierto en Islares! De chiripa, como siempre, porque aparecà por allà de rebote. Aparqué al lado casi sin querer, cuando me bajé del coche y me la encontré casi de frente me quedé francamente anonadado. Señores, señoras, con ustedes… ¡la fuente de la cabra!
Pero qué cosa más impactante. Fuente, placa conmemorativa y cabra en lo alto, sólo faltaba el gitano con el organillo para acabar de completar la escena.
Ya tiene sus años esta fuente, una inscripción por el otro lado indica que es de 1934. La que no creo que tenga tanto tiempo es la cabra, una porque se la ve muy nuevecita y otra porque buscando información en internet me encontré con una foto sacada por otra persona en que la cabra es distinta, incluso está tumbada.
¿Y el grifo? ¿A qué queda increÃblemente fino y elegante un grifo de dragón? ¿Quien no querrÃa uno igual para lavabos y fregaderos en su casa?
Pero vamos a lo que nos interesa, la cabra en lo alto que nos mira desafiante. Qué reminiscencias de la artesanÃa portuguesa me trae.
Toma retrato en primer plano, por suerte esta no puede escapar ni cabrearse y acabar el tema conmigo huyendo atropelladamente monte abajo, mi principal preocupación cuando me encuentro con cabras de carne y hueso, que serán muy bonitas pero como tengan el dÃa cruzado mejor no les lleves la contraria.