Tercera entrada de la serie dedicada a la archiconocida Ruta del Cares. ¿Por donde andaba en estos momentos? Por aquÃ, viendo el Cares discurrir por el fondo de la garganta, con el silencio de la montaña, el sol, y un paisaje increÃble.
Un trozo de montaña que me llamó la atención, la roca parece que tiene estratos en diagonal y al haberla cortado para hacer el camino le ha quedado ese aspecto tan curioso.
Camina que te camina, dos horas y pico llevaba ya. Cada cierto tiempo veÃa una placa en las paredes del canal de agua que trascurre por la misma ruta y no fue hasta aquà que me di cuenta que esas placas indican la distancia a CaÃn en cientos de metros. Cuatro kilómetros trescientos metros me faltaban para llegar, asà que llevo ya seis kilómetros cuatrocientos. Hala, vamos a seguir que me da la risa sólo de pensar en la caminata que me espera hoy por la tarde a la vuelta.
En abril de 2012 un derrumbamiento se llevó por delante un trozo de la ruta dejándola intransitable (tranquilo Juan Carlos, las montañas no se caen y menos cuando estás pasando tú). En julio del mismo año dejaron listo un paso en voladizo que restablecÃa el paso. Este es el lugar donde se produjo el desastre y ese es el puente que lo soluciona. Por la mitad tiene una verja en el suelo (como la del mirador del Cable) que permite ver el rÃo allá abajo.
No sé qué pasa que a Castilla no la quiere nadie. Cantabria no quiere ser Castilla ni tener nada que ver con ella, y aquà podéis ver el cartel que habÃa unos metros más adelante: León tampoco quiere ir con Castilla.
El canal de agua paralelo a la ruta se remansaba formando una piscina de lo más apetecible. Porque lo tienen vallado y lleno de avisos de peligro, que sino seguro que más de uno se saca la ropa y se pega un chapuzón aquÃ. Un servidor hasta el cientocuarenta de mayo no se quita el sayo asà que como mucho me mojarÃa los pies.
Y de pronto, ¡la montaña se transformó en un bosque! Según nos acercamos a CaÃn el paisaje pasa de ser una montaña pelada y llena de piedras a una profusión de verde por todos lados.
Media vuelta desde el mismo punto y las diferencias en la foto son evidentes.
Pero no sólo eso, además el rÃo se empezaba a estrechar y el valle a cerrar. Por la zona de Poncebos es más montaña, más valle, más abierto y más alto. Al acercarse a CaÃn el rÃo queda más cerca, pero el valle se va cerrando más y más en plan desfiladero hasta que llega a un punto que para qué os lo voy a contar, nada como verlo…