Por las marismas de Joyel (I)

Domingo de solete, domingo que nos apetecía irnos a la zona de Isla y Noja para caminar un rato por la playa respirando la brisa marina que sale del fondo del mar. A veces es olisquear un rayito de sol y parece como si la casa se nos cayera encima, salimos por patas en cualquier dirección para airearnos y asolearnos que ya habrá tiempo de quedarnos aquí metidos cuando empiecen a venir días y más días de lluvia, de momento parece que el buen tiempo va aguantando pero ni por un momento dudo que tarde o temprano aparecerán esas semanas pasadas por agua como en años anteriores, aunque este año Galicia nos lleva la delantera porque por allí han pasado ya varios temporales de lluvia y viento mientras que ahí tan sólo nos han rozado de refilón.

Pues bien, camino de Isla íbamos cuando por el reojo se me mete una construcción al fondo de una charca grande. Paro en un aparcamiento que veo habilitado para tal efecto y por una rendija entre la maleza aparece una especie de mirador desde donde el panorama promete. Edificio, charca, algas, vamos a verlo más de cerca.
Marismas de Joyel I
La charca es una superficie de agua con algas, otras plantas e incluso bichos encima. Según dice un cartel allí plantado, se trata de las Marismas del Joyel. Espero que a los patos les guste bañarse aquí, a mi ni se me pasaría por la cabeza.
Marismas de Joyel II
No por nada, sólo que las algas flotantes me dan cierto asquito y aquí abundan por todos lados, hay zonas donde cubren el agua de tal manera que ni se llega a ver.
Algas en la superficie
A los bichos no parecía importarles mucho, andaba por allí una pequeña garza blanca toda feliz mojándose los pies.
Garza en las marismas
De cuando en cuando echaba una carrerita y pegaba un picotazo al agua, supongo que vería algún pececito y se lo quería zampar. Una tapita de pescaditos, un martini a media mañana e integramos a la garza en la Cofradía del Buen Vivir.
Zoom de la garza en las marismas
Esta es la construcción que se veía en la primera foto: el molino de Santa Olaja. Se puede apreciar que no somos los únicos en salir pitando de casa cuando aparece el sol. Por allí circulaban jóvenes, mayores, parejas, parejas con niños y carritos de bebé. Vamos, que sólo faltaba el carro de Manolo Escobar (dios lo tenga en su gloria) para tener la romería completa.
Molino de Santa Olaja
El agua calmada como un plato, por eso se podía entretener uno con los reflejitos que salían perfectos. Lo que no sabía yo es que esta parte que se ve no es una marisma, no es mar, no es río, es el depósito de agua para el molino, un molino de mareas que funcionaba gracias a la luna y el mar, pero la explicación del asunto se queda para otra entrada dentro de unos días…
Caminando al revés

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