Ya que estamos vamos a aprovechar para seguir metiendo fotos del viajecito que nos pegamos después de la boda. Estando en Niza es una pena no pegar un saltito a Mónaco que, total, queda ahà al lado. Aunque de haber sabido cómo era, mejor me quedo en Niza rascándome la barriga y comiendo un helado al sol. Para gustos pintaron colores, y para mi el ideal de ciudad no es precisamente un mogollón de edificios, túneles y cemento embutidos en una entradita del mar. Algo asÃ.
Vale, mucho yate, mucho lujo, el casino y tal y cual, pero es que estar aquà metido un dÃa de calor hasta agobiaba. Incluso una sensación de que si no tienes yate ni vas al casino aquello es una ciudad bastante aburrida, que se lo pregunten a la mujer de Alberto de Mónaco.
Para mi el poco interés que tuvo fue ver las calles por donde va la Fórmula 1, ese deporte en el que las carreras hace unos años eran emocionantes porque habÃa adelantamientos, de cuando en cuando averÃas, castañazos e incidentes varios mientras que ahora es lo mas parecido a un tiovivo, todos dando vueltas a la misma distancia sin parar.
En la parte central izquierda de la foto anterior se ve una especie de puente inclinado, con sus correspondientes arcos. Esa es la famosa «subida al casino», que hacen los coches a toda mecha y aluciné por la tremenda inclinación que tiene, se nota mucho más en vivo que en la foto. Pero si hablamos de Mónaco, la curva por excelencia es la primera: Santa Devota. Se da la salida desde el punto donde hice esta foto y doscientos cincuenta metros después (donde está el coche del fondo) aparece una curva cerrada, noventa grados a la derecha. Raro es el año que no hay algún toque aquÃ.
Se llama Santa Devota porque a mano izquierda, en un huequito apartado, está la capilla de la santa. Capilla que cada vez queda más encajonada, aquà se ve como le han hecho un viaducto por encima, edificios por todos lados. En cuanto se descuide le montan un rascacielos delante y adiós a las vistas.
Como curiosidad, fijaros en la estatua del cochecito que hay en una especie de rotonda con tierra en su parte superior. Me imagino que esa rotonda la quitarán entera cada año y la volverán a poner una vez acabe la carrera, porque está justo en medio de la trayectoria de los coches.
Y por último la otra curva destacable, La Rascasse (el nombre del restaurante situado en plena curva), donde Michael Schumacher hizo su famoso «aparcamiento» en los entrenamientos de 2006. Estaba Fernando Alonso intentando conseguir la pole position y el otro debió pensar que la mejor manera de evitarlo era atascar la pista con su coche. El alemán éste era asà de imaginativo, qué le vamos a hacer.
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