Pobre ignorante yo, que hasta hace cuatro años desconocÃa la existencia de los molinos de mareas. Primero descubrà los de Serres en Galicia y hace unos meses pasé por el molino de mareas de Jado en Argoños (al ladito de Santoña). Las cosas de ser diciembre, sacas una foto a las tres de la tarde y el colorido queda espectacular, cuando en verano a las tres de la tarde no merece la pena ni desenfundar la cámara porque el sol lo abrasa todo.
Aquà tenéis el molino, con su entrada, unos banquitos a la puerta y por el otro lado están las aberturas para que pase el agua y asà aprovechar su fuerza para moler. Hubiera sacado el interior, pero claro, a esas horas (venÃa de hacer la ruta del faro del Pescador) no hay nada abierto salvo los lugares de papeo y el molino no iba a ser una excepción.
Al buscar información sobre el asunto me llamó cantidad la atención que por lo visto el funcionamiento de estos inventos consiste en embalsar agua con la pleamar para irla liberando en bajamar sobre las ruedas del molino. Eso supone que por algún lado deberÃa haber un depósito, piscina o acequia donde guardar el agua pero no la vi por ningún lado. Habrá que volver a echar una segunda ojeada.
En el exterior tenemos también una estatua de una señora agachada. Es un monumento del pueblo de Argoños a las mariscadoras. Homenajeémoslas (coño, qué mal suena esto) también desde aquÃ, que son proveedoras de tantas y tantas cosas buenas que acaban en el plato…
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