Continuamos con la subida a la Ermita de las Nieves que habÃa empezado aquÃ. Tras un buen rato de caminar cuesta arriba por fin tenÃa la ermita delante de mis narices aunque vista por un lateral que no es precisamente el más fotogénico.
Para que os hagáis a la idea de dónde estaba ahà va un vÃdeo con la panorámica desde ese mismo punto. Con un dedo tuve que taponar el micrófono de la cámara porque a ratos soplaban unas rachas de viento del norte tremendas, suerte que fui bien abrigadito porque tengo unas ganas entre escasas y nulas de pillar la tÃpica gripe primaveral que luego siempre se me complica y acabo lleno de antibióticos.
Sobre la mitad del vÃdeo se ve un muro cuadrado delimitando un trocito de terreno. Ahà hay un merendero, una zona con un tejadillo y unas columnas verdes y ese cuadrado de hormigón en la hierba. Cuando hacen la romerÃa de la Virgen de las Nieves probablemente aquà haya actuaciones y se peguen unas papeadas pantagruélicas (como está mandado cuando hay fiesta).
Por fin llegué arriba, un cuarto de media vuelta y foto a la fachada con la puerta de entrada que es el ángulo más fotogénico de la ermita. Además tenÃa el sol justo a mi espalda que para sacar fotos de paisajes es lo mejorcito que me puede pasar, fijaros qué colorines y qué luminosidad.
En el lateral derecho habÃa otra puerta más pequeña con unas cuántas escaleras. Estaba cerrada, por supuesto, a dÃa de hoy con tanto robo de patrimonio no encuentras una iglesia abierta ni por error.
Fijaros en la foto anterior. En la base de la columna de la derecha habÃa una placa con dedicatoria, no sé quien serÃa el homenajeado. Otra cosa no sé, pero placas aquà habÃa unas cuántas.
La siguiente estaba a la derecha de la puerta pequeña y certifica que fue restaurada por Don Ramón Llamosas MartÃnez en memoria de su esposa Doña Ana MarÃa Gutiérrez de Llamosas y su hijo Ramón.
En un lateral de la fachada delantera oooootra placa más en la que se nos informa de quienes fueron los autores de la reconstrucción en el año 1967.
Que esté cerrada no quiere decir que no se pueda ver dentro, especialmente cuando llevas una cámara fotográfica. A pesar de estar oscurito el interior selecciono el modo de máxima sensibilidad en la cámara, apoyo contra una rendija de la puerta principal y ahà van unas cuántas fotos, malo será que alguna no salga potable. Y salieron, salieron, que se ve como si estuviera el interior iluminado.
Ampliamos un poquito más para ver cuatro bancos al fondo, un par de cruces y el altar con una hornacina donde me imagino que tendrán la imagen de la Virgen a la que le han dedicado la ermita. No es un interior especialmente rico o especialmente llamativo, pero si sirve para aquello por lo que fue creado no seré yo quien ponga pegas.
Finiquitamos de la segunda parte, dentro de unos dÃas la tercera y última con unos cuántos detalles más de los alrededores.