Caminando por los jardines de Pereda de pronto noté un «asû, esa curiosa sensación de que allà faltaba algo. Como todo aquello está recién vallado no caÃa en el asunto hasta que se hizo luz en mi cerebro… leches, ¡si ya no está el tiovivo para niños! Ahora sólo queda un vacÃo en su lugar, una valla y un cÃrculo de tierra donde estaba situado.
Hace poco leà en el periódico que lo estaban desmantelando, pero bueno, que fue leerlo, pasar por allà al dÃa siguiente de la noticia y ya no habÃa tiovivo. Mejor, asà evitan que una noche hagan parada los de la «fregoneta» y al dÃa siguiente no haya ni tiovivo, ni estructura, ni cable, ni baldosas si me descuido.