Caramuxos, bígaros y caracolillos

Aquí tenéis un plato de lo que en Galicia llamábamos caramuxos, en otro lado se llama bígaros y aquí se llama caracolillos. Hacía tiempo que no los comía, un día que pasé por el supermercado, los vi y hala, a catarlos de nuevo se ha dicho.

Para cocinarlos hay que poner agua a hervir en una tartera con 70 gramos de sal por litro. Una vez que hierva se echan los caracolillos, se espera que el agua vuelva a hervir y a partir de ahí tendremos que contar un tiempo indeterminado… hay quien dice que medio minuto, hay quien dice que dos minutos, incluso hay quien dice que cinco. Yo probé con medio minuto y quedaron un pelín duritos, la próxima vez probaré con dos minutos. Una vez listos los escurres, los dejas un par de minutos envueltos en un paño para que su propio vapor ayude a despegar la carne de la concha y a comer. Con un alfiler pinchas la carne del interior y girando la concha va saliendo poquito a poquito.

Habrá quien el aspecto le parezca pelín asquerosillo, pero mira, están buenos que es lo que cuenta y como aperitivo con un vasito de vino blanco entran que da gusto.

Ahora el toque kitsch: por increíble que resulte, hay un campeonato mundial de lanzamiento de bígaros con la boca que se celebra en Francia… la próxima vez que los coma tengo que probar a qué distancia soy capaz de mandarlos, a ver si voy a descubrir de rebote que soy un recordman y yo sin enterarme.

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