De veras, no me llegaban las manos

Para que veáis que era cierto y no exageraba ni un pelo cuando comenté que no sabía a qué atender durante la última visita a Comillas, aquí tenéis los otros dos acontecimientos que sucedían mientras el sol iluminaba increíblemente el acantilado. Por una banda teníamos arcoiris sobre el puerto…

…y por el otro lado una puesta de sol como hacía tiempo no veía, nubes de tormenta iluiminadas desde detrás por los últimos rayitos de sol. Impresionante, no sabía si mirar a derecha, izquierda, al centro o padentro. Por supuesto me hinché a sacar fotos y disfruté como un enano, como está mandado.

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