Con eso de haber retratado ya los que tengo por aquà cerca y no hacer recorridos más largos para fotografiar los que están más lejos de mi casa, últimamente tengo bastante abandonado lo enseñar faros. Alguno me quedaba por sacar, como el de Zumaya que es un pueblo veraniego entre Bilbao y San Sebastián (véase su situación en Google Maps).
Este se puede ver en lo alto, al final del paseo de la desembocadura del rÃo Urola. Foto va, foto viene, otro más a la lista de faros retratados.
Se puede ver también la trasera del faro yendo a una playa escondida por ese tramo de calle que se ve aquÃ. Menudo derrumbamiento hubo por esa época, fijaros qué cantidad de tierra se habÃa caÃdo de la montaña. Si yo fuera el del caserón situado justo encima no las tendrÃa todas conmigo cuando estuviera tomando el sol en la finca o comiendo fuera. Mejor ponerse un arnes con una cuerda hasta la chimenea, por lo que pudiera pasar.
La playa no es gran cosa ni agradable para tumbarse a tomar el sol con esos piedros tamaño XXL. Ahà tenéis la parte de atrás del faro listo para cumplir su función en cuanto se vaya el sol.
Aquello eran piedros, pero piedros de verdad. Aunque el enclave sea privilegiado por el sol, el mar y las vistas despejadas, aquà no hay quien ponga una toalla so pena de lumbalgia.
Vista más cercana del faro. Ni es grande, ni es espectacular, ni tiene nada destacable, sólo que es un faro, colecciono fotos de faros y eso ya es suficiente para mi.
A la izquierda de mi posición estaba el monte del derrumbamiento en la otra vertiente, aunque aquà también se habÃan desprendido unas cuántas piedras. No debÃa ser la primera vez a juzgar por el refuerzo añadido en vertical.
En la parte de arriba del todo se veÃa una barandilla acristalada con un mirador. Ahà en verano se tiene que estar de cine. Eso sÃ, rezando porque la ladera resista, si no puede ser de pelÃcula, pero de pelÃcula de terror.