Fijaros que educados y qué cÃvicos son los gatos en Liérganes que en vez de tumbarse en cualquier lado se sientan como señoritos en los bancos que ha dispuesto el ayuntamiento a lo largo del paseo del Hombre Pez.
Como me gustan todos los bichos después de sacarle la foto me acerqué a él y no se escapaba, al contrario, se me refrotaba contra el pantalón en busca de mimos, señal inequÃvoca de que a pesar de la pinta y colorido de gato callejero se trata de un gato casero acostumbrado al trato con la gente.