Vimos ya cómo el suelo de la iglesia de San Vicente de la Barquera estaba lleno de maderas cada una de las cuales es una tumba. Pero no son las únicas. En uno de los laterales está la Capilla de los Corro y dentro de ella destaca la tumba del inquisidor Antonio del Corro, con una estatua del citado personaje encima leyendo un libro por los siglos de los siglos con su perro a los pies.
Hasta parece buena persona y todo, dedicado tranquila y pacÃficamente a la lectura. Claro que si piensas en su profesión y que era de esos que se ganaba el condumio sacando confesiones con métodos tan poco ortodoxos como escasamente respetuosos con el reo, la verdad es que pierde muchos pero que muchos puntos en el ranking de persona con la que te irÃas a tomar unas cañas.
1 comentario Escribir un comentario