Si alguien me pregunta por una plaza de toros, lo primero que me viene a la mente es una de estética clásica, como pudiera ser la de Ampuero con su color blanco, su redondez y su forma de plaza de toros de toda la vida.
La de Santander seguro que me vendrÃa a la cabeza de las últimas por lo fea que me resulta. Queda al lado de una calle con bastante tráfico. No se ve completa, sino por trozos, encajonada entre bloques de edificios. Por fuera dista de ser majestuosa, grandiosa ni ná de ná. Por no ser, ni se ve redonda sino bastante amorfa (véase mapa).
Ni siquiera la puerta principal, con su cadena y su gancho colgando supongo que para ahorcar al toro por si no ha sufrido dentro lo suficiente con todo lo que le hacen.
La única ventaja es que si pillan al torero, lo montan en una vespino, cruzan la calle y ya están en urgencias del hospital de Valdecilla. Eso es previsión, si señor. Tiene que ser bonito ir a Urgencias y encontrarte en la sala de espera un señor vestido con traje de luces agarrándose el paquete porque un toro le acaba de mandar un viaje al huevo derecho.
En Santoña tienen otra plaza en un entorno mucho mas despejado junto al puerto. Le han hecho unas reformillas ha quedado perfectamente redondita, con la parte clásica debajo y la modernidad en forma de hierro oxidado por arriba.
Aún asà queda camino por recorrer para llegar a una con forma de ovni taurino, como la de Logroño. Parece como si hubieran aterrizado los marcianos, pusieron un muro alrededor para que no escaparan y hala, dedicado al toreo.
Pero está bien pensadita, porque con los inviernos de La Rioja al estar cubierta, llueva, truene o granice, dentro no entra ni una gota, y la parte superior puede abrirse para que ventile en verano. Sencilla, cómoda, funciona, ¿qué más se le puede pedir?
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