Elogio del horizonte

Llegados a Gijón es obligadísima la visita al barrio de Cimadevilla. Con forma de pequeña península redonda, es lo que podría considerarse el casco antiguo de la ciudad. Al final de todo está el Parque del cerro de Santa Catalina y en él destaca otro de esos mamotretos escultóricos: el Elogio del Horizonte de Eduardo Chillida hecho en 1990.
Elogio del horizonte I
Pedazo trasto de hormigón. Por su forma se podría decir que es una figura dando un abrazo, pero me gustaría más si estuviera dado la vuelta y abrazando al cantábrico. Dicen que si te pones debajo se escucha el ruido del mar. Hombre, estando donde está, se escucha si te pones debajo, al lado, encima y a veinte metros…
Elogio del horizonte II
El entorno de la escultura es precioso. Acantilado, vistas a la bahía de San Lorenzo, vistas al mar abierto y los restos de la fortificación anexa a las baterías de artillería que en su día defendían la costa. Muchas, pero muchas cosas que ver. Cada vez que alguien va a Gijón y no se pasa por aquí, dios mata un gatito así que tú sabrás si quieres perderte un lugar tan especial y ser cómplice de que un gato se quede sólo con seis vidas.
Elogio del horizonte III

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