En la playa de Ris

Aunque no hayamos tenido una ola de calor a lo bestia como la que ha pasado por Galicia, estos días aquí están siendo de sol y calor para dar, tomar y regalar. Días en los que vas a la playa y poco más, porque ni apetece hacer kilómetros, ni andar por el monte ni ná de ná, que pasar calor a lo tonto no entra dentro de mis ilusiones en esta vida. Además, a poco más puedo aspirar dado que me hallo reducido al grado de peatón por el súbito fallecimiento de mi vehículo motorizado.

Hace cinco meses justos también teníamos días de playa, pero de los que sí me gustan. Sol pero fresquito, la playa para nosotros y caminatas bajo esos rayos solares que no calientan pero se agradecen tras los fríos del invierno. Madre mía, cómo debe estar la playa de la foto estos días, contando que Noja pasa de algo más de dos mil quinientos habitantes en invierno a más de ¡¡¡sesenta mil habitantes en verano!!! (véase la wikipedia que todo lo sabe)…

Me lo apunto como lugar ideal para no pisar hasta septiembre, que a mi las aglomeraciones me dan repelús. Se ve que le pasa a más gente porque fijaros donde se hizo uno el chalecito, justo en un islote que hay frente a la playa. Menos mal que no veraneaba aquí el de la isla de Toralla, si no en vez de una casita igual aparecía una torre de apartamentos en medio del islote.