¡Y viva la venganza torera! ¿Que los de una peluquerÃa cierran el chiringuito y dejan colgados a los clientes? No hay problema, hala, venga, toda la documentación posible expuesta en la puerta del negocio que acaban de abandonar para mofa, befa y escarnio por parte del populacho.
Ni Ley de Protección de Datos ni leches, a la luz pública los teléfonos, facturas del móvil, del gas, el nombre de otros negocios que tengan, y que se preparen porque la venganza del que se ha quedado sin sus sesiones de tinte prepagadas no tiene lÃmite. A mi, como la última vez que pisé una peluquerÃa aún debÃa gobernar en España el del bigote, me afecta poco y me preocupa aún menos.
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