Aquellos que se acerquen a eso de las cinco de la tarde a la jaula de los pingüinos del zoo de la Magdalena tendrán la suerte de comprobar como le dan la merienda a los animalicos. Se abre la puerta, aparece el cuidador con su bandeja de pescaditos y empieza el reparto. Uno para ti, otro para ti, otro para el de más allá y al final todos felices y contentos.
Con lo que me gusta retratar bichos tengo que ir a Cabárceno, y mira que me lo llevo diciendo veces y veces, tengo que ir de una vez porque allà sà que se pueden sacar cienes y cienes de fotos de animalucos pero van pasando los dÃas y entre pitos y flautas nunca acabo de decidirme. A ver si de este año no pasa…