Cada dos por tres, en el Desfiladero de la Hermida hay un desprendimiento que acaba con un montón de rocas de tamaño respetable sobre la calzada interrumpiendo o bloqueando el paso. Y no será precisamente porque no estén preparados, que menudas redes tienen en muchos tramos para evitar estas contigencias.
Vaya despliegue de postes y malla. Lo malo es que hay tanta montaña y tanta piedra suelta que aunque cubran una zona sobran kilómetros y kilómetros desde donde puede caer un pedrusco cuyo peso se mide en toneladas.
Lo último que habÃa leÃdo es que una de las causas es la presencia de cabras pastando en las laderas del desfiladero y se pedÃa su retirada. PelÃn complicado, a ver quien es el guapo que tiene narices de seguirlas por paredes casi verticales y cómo evitan que a los dos dÃas vuelvan a estar en el mismo sitio. Acabarán dejando el tema en manos de cazadores y verás qué poquito van a durar las cabras que no se larguen voluntariamente.
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