Una curiosidad vista en una parada de taxis de Suances, que hasta en eso me fijo, no sé qué pasa que es poner la cámara en mi mano y se me agudiza increÃblemente el sentido de la vista, lo mismo que es ponerme la tercera cerveza en la mano y casi se me olvida el sentido del ridÃculo. Pues bien, allà los carteles indicadores de los teléfonos donde puede uno llamar para pedir un taxi indican también el nombre del taxista, por si quiere usted llamar no a cualquiera sino a su taxista de cabecera. Qué gustazo, qué señorial eso de llamar y decir «Juanjo, me venga usted a recoger mañana a las doce del mediodÃa». Por cinco euritos de una carrera te puedes sentir como un señor de los de antes, de aquellos que salen en las pelis de ricos. Pero que no se pase la cosa mucho de los cinco euros que están los tiempos muy caninos, como en las pelis de pobres.
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