Avisaban desde ayer que venÃa el frÃo en forma de ola de viento siberiano. Hoy me levanté a ver si encontraba el mundo cubierto de blanco y ná de ná, todo igual a cómo lo habÃamos dejado ayer por la noche. El termómetro de exterior marcaba cuatro graditos asà que me imaginé que serÃa otro bluff, como aquellos patrocinados por Meteogalicia. Pero no. A eso de las diez empezaron a caer copitos de nieve, que cada vez se fueron haciendo más grandes y más numerosos. No cuajaron porque la temperatura seguÃa sin ser bajo cero, pero hacÃa tiempo que no veÃa nevar prácticamente al nivel del mar, concretamente desde la gran nevada sobre Vigo en 1.987. Aquà tenéis lo que estaba cayendo desde una ventana de casa, porque con el fresquito que hace fuera y lo calentito que se está dentro ni se me pasa por la cabeza salir mas de lo estrictamente necesario.
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