En Santander utilizan un sistema bastante «caserillo» (por decir algo) para proteger la entrada a los vados o los lugares donde no se debe aparcar. Hay en el suelo lo que me han descrito como «quesitos» (bueno, realmente hicieron referencia a ellos como «los quesitos de los cojones») que son estos bloques de cemento con barra metálica encima.
Oficialmente deberÃan quedar pegados a la acera, pero con esa altura que queda fuera del campo de visión del conductor que pretende aparcar, no es nada raro que los hayan desplazado a base de darles con el coche, para desgracia y desdoro de la carrocerÃa que lo sufre.
¿Hay algo peor que ser un quesito y ver cómo los coches se te aproximan peligrosamente? Sin duda, sÃ. Ser un quesito en zona de carga y descarga, donde los camiones no tienen el menor escrúpulo y cada zambombazo lo sufre tanto el camión como el quesito. Fijaros cómo ha quedado el pobre.
Unos kilómetros más al este, en Bilbao, usan algo parecido pero que no es lo mismo. Igualmente de cemento, pero con más altura para que los conductores puedan verlo mejor y con un gancho en la parte superior de modo que se pueda mover de manera más sencilla. Será más útil y tendrá un mejor diseño, pero el conjunto queda de un soso que no veas.