Por todos es sabido que soy un tragaldabas, un lambón, y no es raro verme babeando en el escaparate de cualquier pastelerÃa. Más aún estas navidades, porque las tentaciones estaban por todos lados.
Qué cantidad de pastelerÃas ofreciendo Roscones de Reyes de todos tipos: sin relleno, con crema pastelera, con nata, bombas calóricas rellenas de cabello de angel. Ay dios, si la mala conciencia no me recordase al momento ese flotador que rodea mi cintura gracias a la abundancia de cocidos montañeses, me lanzaba a por uno inmediatamente.
Y lo peor de todo, en cuanto pasó el dÃa de Reyes ofertas del 3×1 con tal de despacharlos antes de que se echaran a perder. ¡¡¡Ay, ay, ay, quitadme esto de delante que me pierdo…!!!