A mediados de agosto vino a visitarnos una amiga de mi mujer asà que la llevamos de recorrido turÃstico-gastronómico por los alrededores. En Castro Urdiales decidimos comer en el famoso Mesón Marinero, probablemente el restaurante más conocido del pueblo situado justo en la zona portuaria. El edificio y esa fachada lo hacen inconfundible.
Comimos en una mesa de la terraza situada bajo los soportales, con la incomparable suerte que nos tocó una mesa protegida del sol freidor agosteño por una columna y asà pudimos disfrutar de una temperatura más que agradable sin sudar la gota gorda, que entre el sol y la sangrÃa acaba uno echando humo. Nos papeamos varias raciones variadas, postre, café y quedamos más que satisfechos tanto por la calidad del producto como por la rapidez del servicio, la atención de un camarero eficaz y milagro, atento a las mesas para ver si todo iba correctamente.
No es el más barato de la zona aunque los precios tampoco son exagerados. Apuntado a la lista de los que merecen la pena.