Saliendo de El Soplao y montaña arriba, montaña abajo, acabamos llegando a este mirador. Me paro para echar una ojeada a las vistas y, si procede, retratarlo para compartir con los egregios lectores de este blog y con la humanidad en general.
Paro, bajo y… ¿a quién se le habrá ocurrido plantar un montón de pinos justo delante del mirador? ¿Pero acaso no saben que los árboles crecen tanto a lo ancho como a lo alto y tapan todas las vistas posibles?
Hala, camina cuesta arriba hasta un lugar desde el que contemplar las que debÃan ser vistas originales desde el mirador pero que esa efusividad en la plantación arbórea ha acabado por arruinar. Otro de los valles cántabros, muy verdes y escondidos entre montañas.
Tranquilos. Con un poco de suerte dentro de diez o quince años los pinos habrán alcanzado el grosor adecuado para su aprovechamiento forestal, los cortarán y volverán las vistas… hasta la siguiente replantación.