Por supuesto, si conocemos una ciudad nueva hay que hacer recuento de lambonadas. Estas son las tres más habituales que vi en Burdeos. Primero los macarons, que no sólo son de allÃ. Están hechos a base de almendra, se han puesto de moda y lo invaden todo. Por lo menos son de colorines y alegran los escaparates.
Otro tipo de pastel: los Kouignettes, que vaya nombrecito les ha caÃdo. Parecen pasteles portugueses y los hay al ron con pasas, a la naranja con cointreau, al chocolate y más especialidades.
Sin embargo los pastelillos más tÃpicamente bordeleses son los canelés, una especie de bizcocho con forma de flan que visto desde arriba recuerda a una margarita. No son como los bizcochos amarillos de aquÃ. Por fuera están más hechos y más oscuritos, pero por dentro más blancos y menos hechos. A la hora de morderlos el tacto es blando y gomoso. A mi me recordaban algo a las «porras», esos churros gigantes que por fuera están crujientes pero por dentro están casi crudos. Se dejaban comer, pero bueno, prefiero otras especialidades francesas.