Desde la terraza de mi chiringuito favorito en Cabo Mayor se podÃa ver un monolito a lo lejos, cerca de los acantilados.
Si hay gente, evidentemente es que se puede llegar y si se puede llegar, allá me voy.
Aquà lo tenéis bien cerquita, con el faro de Cabo Mayor al fondo, casi no se nota que era otro dÃa diferente a las dos fotos anteriores. Cuando hay que andar pegando saltos por acantilados prefiero ir sin la parienta que me pone nervioso cada vez que ando haciendo equilibrios, seguramente por ese miedo que tiene a que me caiga y me quede sin cabeza. Total, para lo que me sirve…
En el monumento hay una placa y en la placa cuatro nombres. Dicen que la curiosidad mató al gato, pero el gato murió sabiendo, asà que me puse a buscar qué les habÃa pasado. Los tres primeros eran boy-scouts que se llevó una ola en las rocas de Cabo Mayor, mientras que el cuarto se despeñó haciendo prácticas de montañismo.
No, si al final voy a tener que acabar haciéndole caso a la jefa…