Ojito a las doce en punto

En el Parque de la Planchada de Astillero hay un templete de lo más curioso. Tamaño grandecito, a mi me ha salvado la vida más de una vez mientras paseaba con los perros, de esas veces que empieza a llover de golpe y el único lugar cercano donde resguardarse es justo aquí.
Palco campanario
En el techo del templete se puede ver una completa colección de campanas de tamaños variados. Están conectadas a un reloj y en cuanto llegan las horas, las medias o los cuartos, venga a campanear musiquillas variadas.
Campanas del palco
El primer día que nos pilló las doce en punto resguardándonos de la lluvia aquí debajo nos llevamos los perros y yo un susto de órdago, porque además no es que toquen a un volumen bajito, suena aquello como para todo el pueblo. Desde esa escarmentamos, y a las horas, medias y cuartos, mejor mojarse que ganarse una sordera.

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