Pues sÃ, en enero habÃa dicho que tenÃa unas ganas tremendas de internarme por estos valles para hacer la ruta que va de Aliva hasta Espinama. Este sábado no habÃa previsto nada especial y el pronóstico del tiempo era bueno asà que enfilamos camino a Fuente De para darnos una buena ración de caminar por las montañas.
Primer paso: subida en el teleférico versión «solo ida» porque desde ahà todo es bajada hasta Espinama. Ruta sencilla, poco cansada salvo un último tramo con mucha pendiente que cansa las piernas lo que no está escrito. DÃa siguiente de agujetas aseguradas.
Pasamos por el chalet del rey, por el refugio de Aliva, praderas, valles, mucho que ver, mucho que fotografiar y tenéis asegurada una serie de tres o cuatro entradas dedicadas a esta ruta.
Pero qué bien que sienta tener un bar a mitad de camino, poder ejercer de señorito y meterse entre pecho y espalda una caña de cerveza fresquita con estas vistas. Seguro que si pusieran más bares en las montañas se duplicaban o triplicaban el número de senderistas, aunque si este fin de semana el helicóptero de la consejerÃa ya tuvo que ir a rescatar a tres personas, no me quiero ni imaginar lo que podrÃa ser si a eso le añadimos un montón de domingueros caminando «cargaditos» al borde de los precipicios. Mejor dejar el tema como está, que luego empiezan los controles de alcoholemia de la benemérita en mitad de la ruta del Cares, las multas por adelantar otros senderistas en lÃnea contÃnua y es un sinvivir.