Cuando pasamos por Laredo y aprovechamos para dar una vuelta por el paseo marÃtimo, la forma curva de éste y una duna de arena que tapa bastante las vistas no permiten darse cuenta de las dimensiones reales de la playa. Notas que es grande, pero al no verla completa tienes que imaginártela. Cuando por fin supe lo que medÃa fue el dÃa que nos acercamos a ver el edificio más feo de toda la zona. Feo sÃ, pero con unas vistas que tiran para atrás, tanto del puerto como de esta enormidad de playa.
Según parece mide más de cuatro kilómetros. Además tiene el noroeste, que es por donde llega el mal tiempo, tapado por el monte Buciero. No me extraña que Laredo fuera en sus tiempos una especie de Benidorm a lo cántabro, aunque a dÃa de hoy es una especie de Bayona: la marabunta en verano y cuatro pelagatos en invierno.
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