Ya decÃa que últimamente vamos de fiesta a fiesta. Si estos dÃas estamos con los Baños de Ola, el pasado viernes fue la feria del riojano joven, la plaza de Pombo llena de chiringuitos donde daban vinos a precios populares. El tiempo se portó como un señor e hizo una temperatura más que agradable, asà que estaba la feria casi llena.
Ese mismo dÃa, de las ocho a las doce de la noche fue la Santander Open Night. Varios comercios montaron carpas individuales en plan mercadillo en la Calle del Medio, con tapas y pinchos a precios reducidos y música para animar. El resultado es fácil imaginárselo, la calle llenita de gente. Tras un invierno y una primavera de pena, dos rayitos de sol ya son suficientes para que la gente salga pitando a pasear. Si a eso le sumas actividades, entretenimientos y pitanza, razón de más para no quedarse en casa.
Hasta habÃa un puesto de ostras, que me recordó a las de La Piedra en Vigo. No era lo mismo, pero sà parecido. Yo, por si acaso y tras el último encontronazo años ha con una ostra peleona, me abstuve. Mejor los pinchos morunos o las tapas que no provocan estropicios estomacales al dÃa siguiente.