Ay madre, lo de Peñacastillo, que lo tengo abandonado, subà cuando hacÃa calor y acabo de contarlo en pleno mes de diciembre, esto ni es serio ni es ná… hale, un arreón y lo dejamos liquidado, total, si hoy sólo son los restitos de las vistas. Foto una, el Carrefour de Peñacastillo. No sé si serán impresiones mÃas, pero las pocas veces que lo he pisado (entre otras cosas porque odio los Carrefour y sus etiquetas electrónicas cambia-precios-cuando-menos-te-lo-esperas) el porcentaje de personal cani-style era notablemente más alto de lo habitual, asà que lo renombramos Canifour para distinguirlo.
Tócate los pinreles con las urbanizaciones que se ven desde lo alto… recuerdo haber preguntado precios de uno de los adosados de la parte de atrás, entre que no me gustaban mucho, que casi no tenÃan terreno y que eran carÃsimos (más de 350.000 euros), corrimos un tupido velo sobre el asunto. Lo que sà está claro es que algún o algunos constructores hicieron un pastizal aquÃ.
Allá a lo lejos, esa explanada es el aeropuerto de Parayas. No queda en el centro de la ciudad pero tampoco tan alejado como pueda ser el de Peinador o Lavacolla, en cuanto sales del aeropuerto entras en la autovÃa y en menos de cinco minutos estás en el centro. Bueno, ahora con las obras del Centro BotÃn tardarÃas cuatro minutos en llegar a ellas y media hora en llegar al centro, que está quinientos metros después.
Algo bueno del aeropuerto es que si un avión no consiguiera levantar el vuelo, al final de la pista está el mar asà que no serÃa tan grave. Algo malo del aeropuerto es que los aviones despegan hacia el otro lado, asà que casi mejor que todos sean capaces de levantar el vuelo correctamente.
Y por último, la iglesia de Peñacastillo. Salió en la primera entrada y sale ahora también, pero más cerquita. No es que tenga nada espectacular, salvo las vistas desde lo alto, me gusta la forma picuda y el contraste que hace el amarillo con el azul del cielo.
Ya que estaba por allà hubiera querido verla por dentro, pero con tanto robo de patrimonio como está habiendo es raro encontrar una iglesia abierta salvo que esté el cura dentro y eso no es que sean muchas horas al dÃa. Una pena porque antes entrabas, visitabas, procurabas no tocar ni molestar y cuando acababas, te ibas tranquilamente habiendo disfrutado la visita. Ahora, como tantas veces, por cuatro cafres toca jorobarse todos.
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