Hoy, dÃa de elecciones, momento histórico para el paÃs y etc, etc, etc, pasamos de todo y optamos por recuperar viejas costumbres como son los domingos itinerantes de aquà para allá, completando la primera aproximación a mis queridos Picos de Europa, llegando hasta Potes y ya que estábamos allÃ, dándonos un homenaje en forma de cocido lebaniego acompañado de un vino de la zona de Liébana que nos sorprendió gratamente por lo bien que entraba. De postre un Canónigo, o lo que es lo mismo, un souffle de merengue y caramelo con natillas para completar un aporte calórico digno de un hipopótamo famélico.
A ver si adivináis dónde… una pista:
En «El Cenador del Capitán«, lugar por el que ya habÃa pasado y me tiene encantado por la amabilidad y atención de los camareros, lo impresionante del papeo y lo contenido de los precios.
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