Aprovechando mi presencia por el centro me pegué de nuevo un saltito a la Calle Alta para fotografiar un par de cosas que tenÃa pendientes. Una era la primera «intervención callejera«, que asà es como ha llamado el ayuntamiento a lo que van a ir haciendo una serie de pintores en varios lugares de la ciudad. Esta se puede ver en el número 13 de la calle Alta, actualmente deshabitado, y representa la llegada de un enamorado a esta casa con varias décadas de retraso. Según la noticia es «un homenaje a todos aquellos sueños perdidos y, a la vez, una puerta a un mundo mejor, que quizá en otra ocasión pueda llegar a abrirse».
Coño, pues sà que tienen ojo e imaginación, yo me quedé en «uno que viene de visita y trae flores de regalo, desconocedor que el mal fario imputable al gato negro le va a chafar la faena porque ella no está en casa y sà en los brazos de otro». Sea como sea todo lo que venga a alegrar tanta fachada ruinosa que hay en esta ciudad siempre será bienvenido, bienamado y bienaventurado por mis partes, con gato negro o sin él.
Lo otro que querÃa fotografiar era el edificio correspondiente al número 30. A pesar de su escaso atractivo goza del mérito de ser el edificio habitado más antiguo de todo Santander, o por lo menos eso decÃa la Wikipedia en el apartado correspondiente al Cabildo de Arriba, que es el nombre del barrio. Quien lo dirÃa, cuando hay otros con aspecto mucho más antiguo que este.
Fijaros si llama poco la atención que en mi paso anterior por aquà ni habÃa reparado en él. Dice también la wikipedia que su único interés es un escudo de armas en la fachada. Pues foto al escudo pese a estar en un estado lamentable, totalmente a juego con la casa.
Finiquitado queda el asunto y con gusto borro la calle Alta de esa lista de lugares pendientes de visita que nunca para de crecer. Por más sitios a los que voy, por más sitios que visito, al seguir leyendo historias sobre Cantabria y buscando información cada vez aparecen más lugares apuntados para pasar a fotografiar tal o cual cosa. Paciencia, que asà nunca me aburro.