Y por fin, por fin, por fin, se acaba el dichoso 2013 que no sé cómo os habrá ido a vosotros, pero en mi caso creo que ha sido el peor año de mi vida con diferencia. Qué ganas tenÃa de pasar página del calendario y encontrarme con el 2014, que no sé qué tal será pero lo tiene muy fácil para mejorar el balance del anterior. En él nos ha dejado uno de mis tÃos al que apreciaba un montón, mi querida Lisa, mi coche, el ordenador, la tele, decisiones que he tomado para solucionar problemas han traÃdo más lÃos colaterales y la sensación general que me queda la podrÃa resumir en muchas jodiendas y muy poca tranquilidad. Si es que tan sólo pido poder sentarme en un banco del Paseo de Pereda viendo un panorama como éste y que las preocupaciones me permitan disfrutarlo sin que me revoloteen por la cabeza mil pensamientos relativos a todos los temas que tengo pendientes.
Por cierto, tras el casque de mi ordenador de casa estoy experimentando con un asuntillo al que le tenÃa ganas hace tiempo: abandonar el entorno Windows. Un dÃa me paré a pensar y me di cuenta que la mayor parte de las aplicaciones que usaba eran libres/gratuitas, tan sólo usaba habitualmente tres que no entran en esa categorÃa. Se me ocurrió probar una distribución de Linux llamada Opensuse y madre mÃa… el ordenador volaba comparado con un Windows. Pero una diferencia de rendimiento que no era normal. Nada de ventanas torponas y lentorras al responder, nada de aplicaciones que se lo piensan para pasar de una pantalla a otra… si a eso le sumas la inexistencia de virus y demás morralla que puebla el universo de las ventanitas, pues oiga, que me lo estoy pensando seriamente. Cualquier dÃa me da la venada y adiós señor Gates…