Con gran dolor de corazón y una congoja que ni os imagináis, toca darle hoy el último adiós a una parte del blog porque muchos y buenos eran los paseos que me daba a cuenta de ella y del otro. Se nos ha ido mi perrita Lisa tras once años exactos a nuestro lado, porque para más desgracia se ha tenido que morir el dÃa de su cumpleaños. Asà era cuando llegó a casa, con más cabeza que cuerpo.
Y asà en su penúltimo cumpleaños, el año pasado. Atrás quedaron muchas horas de diversión, de jugar juntos, de ver sus pillerÃas, de hacer kilómetros para que vieran mundo y de darle una vida que ya le gustarÃa a muchos perros y a más de un humano. Cariñosa a su manera, de un gamberro que nos imagináis pero siempre dispuesta a darte una colección de lametones si te veÃa triste.
Esto acaba de completar la maravillosa racha de desgracias que llevamos tras la boda, en que han caÃdo mi coche, mi perra, la tele y mi silla de escritorio. Bien cierto es aquello de que cuando viene una, vienen todas seguidas…
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