Miranda de Ebro, lugar por donde como podéis suponer pasa el Ebro y donde se puede ver éste castillo, claro ejemplo de lo apañaditos que eran por aquellas épocas en que una piedra enorme en el suelo no era impedimento para construir nada, si no que se aprovechaba para librarse de hacer media pared y aquà todos tan contentos.
Si os fijáis bien, en la parte superior de esta muralla hay un «algo» que ampliado se transforma en una simpática parejita probablemente mirando cómo el Ebro discurre con parsimonia por la ciudad, porque el mar hasta aquà no llega. Cosa curiosa, dos mirando el Ebro en Miranda de Ebro.
No sé si el castillo es visitable, pero claro, yendo a las horas que fuimos (como es costumbre) si lo era ya estaba cerrado. Como tenemos pendiente otra visita aquÃ, para la próxima me entero mejor.
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