¡Ay madre!

Algo que echo un poco de menos son todos los museos y obra cultural que tenía en Vigo. Y no precisamente porque sea un cultureta gafaspasta, sino por la cantidad de carnaza que me proporcionaba para el blog. A pesar de todo, poco a poco voy encontrando ejemplos que sustituyen esa carencia. Ejemplo número uno, alrededores del palacio de la Magdalena, figura en hierro oxidado en medio del campo. A pesar de carecer de placa explicativa, indicación o explicación, es impresionante la expresividad y la claridad en la representación de una cosmogonia multicultural en forma de almotrón.

Centro de Santander, galería de arte. Exposición «de color carne». Pena que estuviera cerrada porque con esos muñecos colgando, la cosa prometía.

Y por último una estatua situada en un parque de El Astillero. Como arados no iban a tener precio los paisanos estos. Avisaros que tras verla en vivo y en directo me costó dos días volver a dormir tranquilo, y eso que uno ya está casi curado de espantos.