Bufones de Arenillas

Historia de los bandazos de mi vida: cómo un sábado voy a ver Pena Tú, a medio camino me desvío y acabo viendo los bufones de Arenillas. O más bien cómo acabo no viéndolos… en fin, vamos por partes como los forenses. Salimos de excursión por el mundo adelante. Vamos en dirección oeste pero al entrar en Asturias, en vez de enlazar con la autovía seguimos por la carretera nacional a ver qué descubrimos. Veo el edificio del centro de interpretación de Peña Tú, comienzo de una notable subida por la que no pasa el coche. Ay la leeeeche… con la poca gana de subir cuestas que traigo hoy… pues hala, se queda para otro día. Ojeo un cartelote allí al lado y en él se habla de los «bufones de Arenillas». Creo recordar que una amiga nos había hablado del tema, agujeros en el acantilado por los que salía el agua del mar a presión. Eso hay que verlo. Tan sólo es llegar a Puertas de Vidiago, allí al lado, y seguir en dirección al mar. Un rato de recorrer caminitos por los alrededores del pueblo, un rato de pista de tierra y llegamos a un lugar donde dejar el coche con cartelotes indicadores cerca (ahí en el centro de la foto, donde se ve algo de gente).
Llegada a los bufones
Esta es la posición en Google Maps. Si os fijáis, se distinguen además varias simas y en el fondo de algunas hay conexión con el mar. La fuerza de las olas manda agua a presión por ese túnel, que sale en plan geiser llegando a subir hasta los cuarenta metros de alto. Eso es un bufón.

Vamos a ver qué dice el cartelote. Vaya… antes que nosotros ha pasado el típico alelado sin neuronas pero con un spray de pintura negra y adiós muy buenas.
Cartel ilegible
Por suerte hay otro cartel vertical intacto. En él se indican la posición de bufones y simas, así como las normas a respetar en las inmediaciones.
Cartel algo más legible
Este es el aspecto de la costa en ese lugar. Un día tranquilo de sol no tenía mucha historia, pero me gustaría ver esta zona con viento y marejada porque promete.
Costa y acantilado
Dado que los bufones se producen cuando hay oleaje y el mar golpea con fuerza los acantilados, un día tan calmado no salía ni gota por los agujeros del suelo. Ibamos localizando la posición según el mapa que habíamos visto antes. En esta grieta ponía que había varios bufones.
Hueco de los bufones I
Algo efectivamente había, porque a cada ola se oía salir aire a presión del suelo. Lo más curioso es que zonas de la roca estaban cubiertas de arena de playa, que se supone vendrá con el agua.
Hueco de los bufones II
Y visto que no hay nada que enseñar, a la espera de volver algún día de temporal por la zona recurriremos de momento al tan socorrido Youtube para que veáis cómo se puede disfrutar en ese lugar.

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