Caballos, cabras y vacas

Yo sigo feliz haciendo kilómetros y disfrutando como un enano con la cantidad de bichos variados que veo por el camino. Fijaros, cuando subí al mirador del Puerto de Lunada, mientras me hinchaba a sacar fotos tenía detrás un grupito de espectadores que abandonaron sus habituales quehaceres para observarme, suerte que empezaron a opinar sobre encuadres, procesados y objetivos porque ya no estoy yo muy seguro de mis habilidades fotográficos como para tener a cuatro caballos «comiéndote la oreja» con lo mismo. Al rato perdieron el interés por mi, unos se dedicaron a pastar y otro a revolcarse patas para arriba, supongo que para rascarse el lomo contra el suelo.

Camino del Parque Natural del Saja, como se puede apreciar por el colorido de los árboles. Hilera de cabras tumbada en la orilla de la carretera y nosotras llegamos primero, así que si se tiene que apartar alguien es usted, caballero. Como buena persona que soy pasé con todo el cuidadito del mundo, paré, las retraté y me despedí de ellas con un tengan un buen día señoras cabras y cabrones.

Y como no, en tantos y tantos lugares sale uno de una curva para encontrarse con una manifestación de vacas interrumpiendo la calzada. Aquí toca esperar a que tengan a bien moverse, o ir avanzando poquito a poquito con la vaca a tu lado. La parienta se pone muy nerviosa cuando abro la ventanilla para ver la vaca más de cerca y me echa unos responsos que pa qué. A mi me hace gracia ir avanzando con la cara de la vaca a medio metro tuya. Por lo menos hasta el día que una de ellas coja confianza y meta un cuerno para dentro…

Deja una respuesta


Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.Más información sobre las cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies