Cuando yo era pequeño, en los parques infantiles tenÃamos los columpios de toda la vida, un tobogán, un balancÃn y poco más. Ahora me he fijado que en los parques infantiles modernos, como éste de El Astillero, los aparatos deben ser para hijos de ingenieros únicamente porque para entender un invento asà hay que ser superdotado, futuro opositor a astronauta o leerte un libro de instrucciones de cien páginas en sánscrito por lo menos.
Palabrita que no sabrÃa ni cómo subirme ni por donde empezar. Y no es el único caso, al lado tenemos otro similar:
Ahora que lo pienso… a lo mejor es un parque escultórico, son obras de arte para disfrute visual de los niños y yo aquà elucubrando sobre subirme encima a pegar saltos… desde luego, qué poco sensible soy…
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