Hace unos trece o catorce años, en mi primera visita a Bilbao, recuerdo comer en el Café Iruña y quedarme con un muy buen recuerdo. Con posterioridad, hace un par de años comimos en el Iruña de Pamplona y la decepción fue de órdago, probablemente de lo peorcito que haya pisado en mi vida. Para quitarme la duda, en la primera visita a Bilbao desde que estamos en Cantabria allá nos fuimos al Iruña para comprobar si se mantenÃa el nivel. Aquà lo tenéis, en la calle Berastegui.
Esta es la entrada. Establecido en 1903, llevan ya unos añitos funcionando.
El interior es de lo más curioso, un estilo asà como árabe con mucha madera, mosaicos y unos techos tremendamente trabajados.
A la derecha está el comedor, a la izquierda la zona de espera y de tomar vinos. Hablamos con el camarero que adjudica las mesas y nos dijo que en unos diez minutos tendrÃamos mesa, que esperásemos en la zona de la barra. Ni nos pidió nombre, ni llevaba una lista ni nada que se le pareciera, lo cual me dio bastante mala espina sabiendo el bajón cualitativo que ha pegado la atención en la restauración española. Temores infundados, en cinco minutos vino directo a nosotros para comunicarnos que nuestra mesa estaba lista. Comimos, servicio rápido, comida muy rica, precio comedido, dos veces que hemos vuelto a Bilbao, dos veces que hemos vuelto al Iruña y seguro que no serán las últimas.
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