Para quien no lo sepa, en Cantabria un «churrón» es una cascada. HabÃa localizado una ruta facilita que va hasta el churrón de Borleña (una cascada de unos veinte metros de alto) ideal para hacer un domingo acompañado por la parienta, a ver si le conseguimos imbuir esa querencia al medio natural que a mi me sobra y a ella no tanto.
Este es el mapa de la ruta, para llegar allà lo más normal es ir hasta Puente Viesgo, seguir hacia el sur en dirección Burgos y a unos diez kilómetros aparece el pueblo de Borleña. Nos desviamos a la derecha, pasamos delante de un hotel y un restaurante y tenemos dos opciones, o bien aparcar por ahÃ, o seguir recto, cruzar un puente y aparcar al llegar a una bolera. Entre ambas opciones habrá unos trescientos metros de distancia asà que casi da igual la una como la otra.
Seguimos la carretera que cruza el pueblo en subida, otros trescientos metros y llegamos a una curva cerrada a derechas. Ahà hay una pequeña desviación que nos permite seguir recto por un camino de cemento. Es por ahÃ, un camino que en nada se transforma en esto:
Allá al fondo se ven unas manchas oscuras en medio de la vÃa. Es mierda de vaca. Iros acostumbrando y llevar calzado adecuado, porque la váis a encontrar en cantidades industriales. Incluso es posible que aparezca un alambre cruzando la carretera para evitar que se escape algún animal de los pastos cercanos. Os saltáis el alambre y seguÃs derechito.
Llegados a un puente de madera hay que cruzarlo para seguir la ruta, si no apareceréis en un prado sin salida. Una vez cruzado el puente hay que seguir todo recto unos 20-30 minutos por un sendero como el de la foto de arriba.
A medio camino encontraremos un hoyo a la izquierda con un cartel que pone «carbonera«. Supongo que será un sitio de esos en que juntaban madera, la tapaban con tierra y le prendÃan fuego. Se iba consumiendo lentamente y asà hacÃan el carbón vegetal.
Ultimo tramo, últimos diez metros, ahà detrás está el churrón. A la derecha hay una subida hacia un pequeño mirador, pero es preferible hacer unos equilibrios sobre las rocas y llegar justo al pie de la cascada. Es decir, llegar aquÃ, fijaros qué sitio más majo.
Para que os hagáis una idea del tamaño os pongo una foto con una persona y asà veÃs que aún tiene un tamañito respetable la cascada. CaÃa un chorrito de agua, probablemente en meses de invierno o primavera tenga mucha más fuerza.
La parte de abajo parecÃa una selva de esas de los documentales, con musgo, helechos, agua bajando por las paredes de roca y una poza poco profunda. Lo bien que se debe estar aquà en verano remojándose…
Ranas no vi ninguna, pero menuda colección de renacuajos habÃa en el agua. Cienes y cienes por todos lados, como salgan todos a la vez menudos conciertos de croar habrá aquà por las noches.
Ruta fácil, con vistas, entretenida, nada cansada y apta para ir con niños, si os gusta lo de andar animaros porque merece la pena.