Estos dÃas atracó en Santander el buque escuela de la armada española Juan Sebastián Elcano. Cuatro dÃas se quedó y tres de ellos pudo visitarlo la gente. Normalmente hasta me habrÃa acercado a verlo, pero entre que anda uno algo desorientado tras todo el mogollón de la boda, que soy poco dado a las aglomeraciones y que en las fotos que vi en el periódico ya salÃa demasiada gente para mi gusto, me conformé con sacarle una foto desde el Paseo de Pereda y para de contar, que me agobio. Total, ya lo va a retratar todo el mundo asà que nos perdemos poco.
Como curiosidad, por circunstancias particulares el viernes pasado me encontraba en el Club de Tenis de Santander, al lado del Palacio de la Magdalena. Allà ofrecieron a la marinerÃa del barco una cena de gala y era impresionante ver no sólo a los marineros vestidos con su uniforme impoluto, sino a los mandos con sus trajes aún más llamativos y una colección de medallas colgando. Además, cienes y cienes de bellas damas santanderinas vestidas de tiros largos a cada cual más guapa y más puesta. Yo, como abnegado relator y testigo mudo, observando la escena. Sólo nos faltaba Alfredo Landa en «Cateto a babor» para completar la historia.
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