Si algo me ha quedado claro del viaje a Francia, es que por esa zona construyen donde quieren, como quieren, en lo alto de los montes, pegados a la playa, arriba, abajo, apiñados, separados, como primero les venga en gana y cómo quede es lo de menos. Asà salen cosas como este supermamotreto de Villeneuve-Loubet. Decir horrible es decir poco, y pasar a su lado es quedarse con la boca abierta pensando quien autorizarÃa esa mole ahÃ, prácticamente en la playa.
Y si de lejos era feo, de cerca aún lo es más. Es que no pega ni con cola en esa ubicación.
Pero bueno, ésta sólo fue una de tantas y tantas barbaridades que vimos. Al final la Ley de Costas española va a acabar siendo buena y todo…